Carta a Ministra de Defensa Nacional
Santiago, 14 de Marzo de 2007.
Sra. VIVIANNE BLANLOT
Ministra de Defensa Nacional
Presente.
Distinguida Sra. Ministra:
Hoy la leí en “La Segunda” en que sale del silencio auto impuesto para defender con dientes y muelas lo que concierne a los derechos de intimidad de su hijo involucrado en un caso judicial.
¡Realmente siento por la que está pasando ¡… ¡ Una lata!
Los hijos son una caja de sorpresa y se tienen que querer igual y aún más, cuando están en problemas.
Le encuentro toda la razón cuando afirma que: “El muchacho no puede ser una persona estigmatizada de por vida, al ser juzgado por la prensa y condenado antes de que empezara la investigación”.
Lo de su hijo, dejémoslo en manos de la justicia, pero no culpe a la prensa, Sra. Ministra.
Los medios de comunicación sólo le están dando de beber del jarabe de odio y revanchismo al cual sus compañeros de ruta, los de la Concertación, nos tienen acostumbrados por tantos años a los chilenos. Pero, con una salvedad, cuando les toca beberlo a Uds.… no les gusta. Es tremendamente amargo.
¡Quien cómo usted que tiene la posibilidad que el aparato comunicacional del Gobierno se mueva de inmediato para sensibilizar a la opinión pública respecto a este dramático caso!
Le voy a relatar una historia verídica muy cortita. Estando como Agregado Militar en España, en una revista de gran circulación en ese país, con destacados titulares y bajo el título “AGREGADURIA MILITAR DE CHILE: GUARIDA DEL PINOCHETISMO”, se hizo un reportaje acerca de los Oficiales destinados a esa repartición en el extranjero. Entre ellos - un distinguido Coronel - fue sindicado por la revista como “el asesino de Víctor Jara”. Se imaginará UD. la sorpresa de ese Coronel al verse expuesto al escarnio público en España, a raíz de esta falsedad. Ese Coronel – para que UD. sepa – el año 1973, era el cadete más chico de la Escuela Militar y tenía 14 años. Hablé con el Embajador de Chile y recibí como respuesta que no podía hacer nada. Ni siquiera una carta al Director. No movió un dedo. ¿Sabe UD. de la humillación que sufrieron los hijos de ese Coronel, condenado por la prensa, que estudiaban en un colegio español y eran unos niños que no tenían idea de nada, muchísimo más chicos que el suyo? No quiero pensar mal, pero más de algún funcionario apitutado de la Concertación, habrá sonreído en la Embajada. Y ahí quedó ese Coronel “estigmatizado” - él y su familia -, empleando un término usado por UD.
Al igual que ese Coronel, cientos de hijos de militares han sido insultados, segregados, apuntados con el dedo, humillados, por el sólo hecho que sus padres – Oficial o Suboficial de nuestro Ejército o de otra rama de las FF.AA. y Carabineros – al igual que su hijo, Sra. Ministra, fueron condenados ante la opinión pública, sin siquiera ser sometidos a juicio.
¿UD. cree que el diario de Gobierno “La Nación”, cuando se refiere a Oficiales o Suboficiales sometidos a juicio, aclara que ”Las declaraciones del afectado son éstas” o hablan del “presunto implicado”, como quiere UD. sea tratado el caso de su hijo?
No señora Ministra. ”SOMOS TRATADOS COMO ASESINOS DESDE EL PRIMER MOMENTO”.
Los tratamientos principescos y rebuscados cuando cometen delitos, son sólo para Uds., los concertacionistas.
No sé si fue una burla su presencia en el funeral del General Pinochet, no quiero pensar mal, pero al ex Presidente de la República lo asesinaron “a la soviética”, lentamente, sin plazo, desgastándolo implacablemente en su ancianidad, condenándolo anticipadamente por los medios de comunicación, persiguiéndolo hasta “en sus derechos de intimidad”. Los mismos que hoy UD. pide para su hijo.
¿Tuvo piedad el Gobierno con el Capitán Augusto Pinochet Molina o el Gral. Hargreaves, cuyos únicos pecados fueron admirar a su abuelo el primero, y a su ex Comandante en Jefe, el segundo? Los condenaron hasta de sediciosos por la prensa.
¿Se acuerda de la bochornosa intervención del Canciller Foxley respecto a los lingotes de oro, que resultó una información absolutamente falsa y que ni siquiera confirmó? ¿Alguien del Gobierno – UD. incluida - abrió la boca cuando lo presentaron como culpable por esta estupidez, casi a las puertas de la muerte? ¿Alguien del Gobierno se pegó en la frente cuando metieron en el proceso del Riggs a una nietecita del General Pinochet fallecida hace años y a sus nietos pequeños?
El fin justifica los medios, Sra. Ministra. Hasta la idiotez sirve.
¿Cómo se soluciona tanto odio y revanchismo a que nos han acostumbrado ustedes en los medios de comunicación?
UD. tiene la suerte de tener los diarios a su disposición… pero… ¿Qué posibilidad de salvar la honra de su marido o de su padre, tiene la esposa o el hijo de un humilde Suboficial de nuestro Ejército que ha sido tildado, motejado y condenado de asesino por la prensa?
Medítelo Sra. Ministra, ahora que está pasando por un momento tan amargo.
Le deseo de todo corazón que se solucione el problema de su hijo. Yo también tengo hijos, y ésta es como “la casa del jabonero, el que no cae, resbala”.
Pero los mismos derechos que pide para él, hágalos extensivos a sus representados. Aproveche. Se lo vamos a agradecer. Mal que mal, UD. es la voz de los que están adentro, en servicio activo; pero también de los que están afuera. En retiro. Considerados de otro planeta. Encarcelados, procesados. Hostigados y desprestigiados. Ellos y sus familias.
Pero bajo su paraguas.
La saludo muy atentamente.
Fdo.) HERNAN NUÑEZ MANRIQUEZ
Brigadier General del Ejército (R)